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TOP 🔝👉 Esther Molina (@E_Molina_ en X) al desnudo (no literal)

Hoy se pasa por The Open Projects a contarnos su vida, su trayectoria, un éxito, un fracaso, un aprendizaje y una experiencia (literal) mi prima Esther Molina (AKA @E_Molina_ en X), que no es mi prima aunque se apellide Molina. Esther es Periodista especializada en Innovación, Startups y Tecnología y Cofundadora de WILDCom y Female Startup Leaders (y hace CrossFit 💪). En pocas palabras: ¡Esther es emprendedora y hace cosas sin parar!

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Conozco a Esther Molina de... ¿Internet? Sí, de Internet, como a todo el resto de personas que se han pasado por The Open Projects a compartir sus historias. Porque Internet, aunque a veces pueda no parecerlo, en un sitio maravilloso. ¡Ah! Y también conozco a Esther de una (épica) vez que nos ayudó a que PICKASO apareciera en todos los medios de comunicación por un contenido que preparamos sobre las apps del Covid-19. Y del evento ORGANIC Madrid que presentó de forma ESPECTACULAR.

La verdad, ¡siento como si conociera a Esther de toda la vida! ¿Seremos primos lejanos en realidad? 🤷

Foto de Esther Molina (@E_Molina_ en X)

¡Muchísimas gracias Esther por pasarte por TOP! 🤩

⚠️ No dudes en compartir este contenido si lo ves interesante y crees que aporta valor (que ya te adelanto yo que SÍ, y MUCHO)

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Hace unos días, recibí un mensaje de Dani Peris.

“Prima lejana! Espero que estés disfrutando del verano. ¿Te animarías a un contenido en mi newsletter y que cuentes tu vida, trayectoria, experiencia... lo que tú quieras... a la audiencia?”

Vamos por partes, que diría Jack (el destripador, que este chascarrillo no es tan evidente como yo pensaba).

El segundo apellido del cofundador de PICKASO es Molina, de ahí el parentesco que no compartimos. A mi me gusta pensar que todos los Molina del mundo podemos disfrutar de una ínfima similitud genética (es broma, pero lo del ADN tiene su miga, que explicaré líneas más adelante)

Como Dani no ha especificado extensión, ¡voy a contarlo todo!

Empezaré presentándome.

Encantada de e-saludaros, casi 9.000 lectores de esta newsletter (mis “dieses”, Dani, no está mal).

“Tu vida”

No la estoy llevando mal. En términos generales, me gusta bastante. A veces se me desordena pero le voy pillando el truco para volver a equilibrarla.

Mi nombre es Esther, cumplo años el 6 de agosto (soy LEO -pero mucho. Sol en LEO, Luna en LEO, esto también merece unas líneas en un instante-), por lo que no pertenezco al selecto club de los que celebran, cada año, su aniversario, con todas las personas a las que quisieran invitar…porque no existe tal. De momento. Alguien debería crearlo. Club de afectados por cumplir años en agosto.

Padre madrileño (José María) y madre manchega (María José -es en serio-), tengo un hermano casi tres años más pequeño (por supuesto, Chema), uno de los mejores técnicos de sonido de España, por cierto.

El año pasado me hice un test casero, genético, creado por una empresa española: ADNTRO y descubrí que tengo un 40% (¡un 40%!) de ancestría murciana y un 30% andaluza. Lo primero no lo vi venir. Más allá de lo interesantísimo que es descubrir posibles intolerancias a desarrollar, alergias, enfermedades, capacidad física y personal genética, a partir de este párrafo me podéis llamar Esthercica.

Hace cuatro años adopté a una gata común europea, de la realeza (porque es preciosa): Kiara. Con ella celebramos sendos días del gato y del perro. Es rara, como yo. Durante el confinamiento de la pandemia la enseñé a dar las patas, a sentarse y toda la parafernalia de trucos tradicionalmente atribuidos a los canes.

Curiosa, pasional, creativa, ambiciosa (servidora, no la gata), disfruto quitándome el “mono” de cantar en los karaokes, descubriendo el mundo (lugares calurosos y tropicales, más que fríos), compartiendo conversaciones estimulantes sobre casi cualquier cosa (desde inteligencia artificial a qué hacer si te encuentras cara a cara con un tiburón limón haciendo snorkel, pasando por la mitología sumeria) y un largo etc de detalles multidisciplinares.

Cuando no estoy dedicada, específicamente, a mi trabajo, hago crossfit (entre otros deportes) con un grupo de atletas maravillosos, que cinco años después, son amigos, muchos de los cuáles no saben ni a qué me dedico (qué pequeño placer centrar tu atención en levantar una barra de 60 kg sin que una reunión o artículo pase por tu cabeza).

Cuando nos liberaron del confinamiento estricto en 2020 (¿recordáis haber estado encerrados en casa dos meses o lo he soñado yo?), me dejé conquistar por el senderismo y trekking, que me devuelve también algunos años de vida.

A estas alturas, reconozco que conspiro con el universo para que se termine instaurando, definitivamente, el tardeo (ese que te invita a recogerte a las 00:00 a.m o 1 a.m…) por encima de volver a casa al día siguiente porque me he dado cuenta que me flipa aprovechar las mañanas “para hacer cosas”.

Me flipa tanto como echarme la siesta sábados y domingos. No la perdono.

Y una copa de vino tinto (ribera) viendo un atardecer, con el de arriba pintando el cielo de todos los colores. Solo dura cinco minutos. Merece la pena parar lo que estás haciendo. Solo hay que saber hacia dónde mirar.

Echo de menos leer más de lo que lo hago el resto del año, pero los días me acaban arrollando con picos de trabajo que desplazan esas novelas históricas y de ciencia ficción (mis preferidas para desconectar) a esta época estival.

“Tu trayectoria”

Llevo algo más de 12 años en esta palabreja tan manida: “ecosistema”, porque soy periodista (licenciada por la Universidad Rey Juan Carlos -en Fuenlabrada, tenía una hora y media de ida y otra y media de vuelta, cada vez que me daba por pisar la facultad-).

No elegí especializarme en innovación, tecnología, startups y emprendimiento.

Todo lo anterior me eligió a mi.

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